viernes, 9 de julio de 2010

Dixie Chicks y los ovarios de acero



La idea de ser rescatada por el príncipe azul es algo que he aprendí con las primeras películas de Disney que tuve oportunidad de ver. Con mi adolescencia esa idea fue creciendo. Con la adultez jovez la misma comenzó a pulirse. El paradigma dicta que la totalidad de las mujeres comparten el ideal del príncipe azul. No haré generalidades. Hablaré por mí. Quien estas líneas escribe admite que cobija esa ilusión (aunque en estos momentos de mi vida agradezco que tal caballero no se haya aparecido).

Hace algunos años, durante mi época curiosa que bautizaré como "LimeWire", tuve la oportunidad de escuchar al multipremiado grupo de country "Dixie Chicks". Las primeras canciones que escuché fue, hablando de seres encantadores, "Cowboy take me away" y "Traveling soldier".

El calendario siguió su curso. El LimeWire quedó atrás gracias a mi política antivitus y antipiratería. Me mudé de país. Regresé. Comencé un proceso de readaptación que fue más sencillo gracias a personas como Brenda, excelente amiga desde mi época ICQ (entiéndase "prepa").

A principios del 2008, Brenda y yo fuimos al Parque Fundidora, a ver la exposición de Fernando Botero, Abu Ghraib. Mis comentarios respecto a la obra no difieren mucho del resto de los espectadores: "Pura miseria y maldad humana plasmadas en lienzo y óleo".

Por razones obvias, no invertimos mucho tiempo en ver las obras (¿hay algo admirable en la crueldad?). Al salir, vino la pregunta obligada: ¿y ahora qué hacemos? La respuesta estaba frente a nuestras narices. Sin dudarlo, ingresamos a la Cineteca y compramos sendos boletos para "Shut up and sing", documental de las Dixie Chicks.

La introducción es sencilla, pero contundente. En la víspera de la invasión de EEUU a Irak, durante un concierto en Londres, la vocalista del trío Natalie Maines declaró ante la enardecida audiencia "Nos avergonzamos de que el presidente Bush sea de Texas".

El documental narra los meses siguientes a aquél inolvidable 10 de marzo de 2003. Las palabras de Natalie se torcieron a tal grado, que las calificaron de antinacionalistas, enemigas del Ejército, pro-terroristas, etc., al mismo tiempo que perdieron contratos de trabajo y ganaron millones de enemigos. Como no quiero arruinarles la historia, les recomiendo ampliamente que vean el documental http://www.youtube.com/watch?v=Y3CTBrGL5rA

Lo que más recuerdo del documental fue el valor civil e integridad de Natalie, quien en ningún momento se retractó, ni se auxilió de un ejército de publirelacionistas para que enderezaran los entuertos; así como la incondicionalidad de Emily Robison y Martie Maguire (hermanas) hacia Natalie. La salida más sencilla para Emily y Martie era rechazar lo dicho por Natalie... incluso podían "expulsar" a Natalie del trío y no lo hiciero así. Tomaron el camino correcto, pero el más doloroso.

Me consta y me avergüenza que entre mujeres es más fácil decir "No wey, o sea... esta vieja está loca", que ponerse del lado de aquella que tiene el valor de decir las cosas de frente.

Así, mis Dixie, aquellas damas que le piden cantando a su vaquero que las lleve lejos, las mismas que corren al despiadado de Earl, se convirteron en un verdadero ejemplo de vida.

Honor para mí sería ser nombrada la cuarta Dixie Chick.

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