sábado, 24 de julio de 2010

Suficiente!! Me permito dejar de sentir al derecho para sentir mi ser


Ya no se si pasó un día o dos o tres. Quizá pasó una semana. Siento que estoy perdiendo noción del tiempo. Y lo mejor de todo es que me importa poco menos que un cacahuate. Durante este ambiguo lapso de tiempo, el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) terminó su huelga de hambre; la Señora Paty Duarte dió cátedra de valor civil al enfrentar al Presidente Calderón por la la tardía (o casi nula) reacción de la administración pública federal hacia el caso de los niños muertos tras el incendio de la Guardería ABC; y no se qué lío se hizo por el empalme del evento de Andrés Manuel López Obrador y los promotores de una clase masiva de yoga en el Zócalo de la ciudad de México. Ahhh!!... y además, recibí la gran noticia de parte de la Universidad de Monterrey, de que el siguiente semestre sería la titular de una clase con tres frecuencias semanales (las anteriores eran solo una vez por semana).

Pasaron muchas cosas, pero no me detuve a analizarlas. Ni podía, ni quería.

Como diría Sandra Arau Esquivel, mi nueva gran amiga: "in lakech". Sencillamente el foco de mis intereses cambió. El análisis jurídico y social puede esperar. El universo es una caja de sorpresas y, nuevamente citando a Sandra, "no existen fronteras ni diferencias entre los seres que habitamos el universo ya que todos estamos perfectamente interconectados".

No se si me conecté con él.... ¿o fue conmigo misma? Tú eres yo, yo soy tú. Ninguno lo estaba buscando... pero eso es lo de menos. Que esto no se termine nunca! #tocomadera.

Ya era hora de reencontrarme con mi faceta de mujer, y dejar respirar a la abogada.

lunes, 19 de julio de 2010

¿Por qué estamos peleando?


No se si culpar a la falla del Estado de Derecho o a mi limitada capacidad de entendimiento. Sencillamente no entiendo. ¿Cómo es posible que a un año de la tragedia de la Guardería ABC solamente haya UN presunto responsable? ¿Cómo es posible que, en su búsqueda por la justicia, los papás de los niños fallecidos y lesionados recurran a la solicitud de juicio político en contra de dos Ministros de la Suprema Corte? ¿Por qué tenemos que llegar a tal extremo? El objetivo de la lucha de estos padres de familia es ahora MÁS amplio que hace un año.

... Y bueno, tenemos la lucha contra la delincuencia organizada que está vez más torcida. Se comienza luchando contra 3-4 grupos y de repente estos se multiplican. Nuestro gobierno abraza la bandera de la lucha en pro del bienestar del pueblo, pero los muertes ya suman miles. ¿Es la misma pelea que se tenía en el 2006? Me temo que no.

El Derecho sencillamente no está cumpliendo su objetivo. Simplificando al máximo el significado de "Derecho", se entiende por éste el conjunto de reglas que rigen la convivencia de las mujeres y  hombres en sociedad. ¿Estamos conviviendo sanamente en México? Creo que no.

Evidentemente no se harán cambios de la noche a la mañana, pero podemos empezar por hacer lo que nos toca hacer BIEN. Llegar a tiempo al trabajo y no pedir excusas innecesarias, pagar nuestros impuestos, no comprar productos piratas, no estacionarse en lugares indebidos (menos si se trata de lugares reservados a personas discapacitadas), dejar propina (no manchen!!, ellos no ganan ni la quinta parte de lo que tú recibes), dejar de descalificarnos los unos a los otros nomás porque sí (al menos échen a andar las neuronas antes de juzgar mal a alguien), etc etc (aquí vienen sus buenas sugerencias).

sábado, 17 de julio de 2010

Recordando la oferta laboral que nunca se concretó

* Ilustración creación y propiedad de Javi Castro http://javicastroberrocal.blogspot.com/2009_09_01_archive.html  


¿Han advertido que este blog no tiene entradas desde diciembre del 2009 hasta junio de este año? Ese silencio fue mi principal  arma para enfrentar una de las etapas más complejas de mi vida profesional. En ocasiones mi silencio es un escudo protector contra las críticas externas, en otras, es una manera de evitar hacer un análisis de la realidad y su dinámica causa/efecto. Todo exceso tiene efectos nocivos e incluso el silencio en demasía causa daño.

Retomando la intoducción a la nota "Dixie Chicks y los avarios de acero" http://bit.ly/aUnhuX, mis ideales fantásticos no se limitan a la concepción del Príncipe Azul, sino también al trabajo (de ensueño). Además, me gusta mucho viajar y he tenido la fortuna que la gran mayoría de mis viajes se deban a motivos profesionales y/o de estudio. Lo reconozco, estoy muy orgullosa de poder afirmar: "Sí, he viajado y conocido, pero mi trabajo me costó".

En el 2009 pasé a formar parte de las estadísticas. Perdí mi empleo. Aunque no me sorprendió, dado la fuerte "fuga" de clientes, no niego que fue sumamente difícil sopesar con esa situación. La búsqueda de un empleo "Disney-style"  (estable, con proyección a largo plazo, prestaciones atractivas, etc) fue más sencilla gracias a los trabajos como consultora que se me presentaron en el camino, para felicidad de mi bolsillo y del banco con el que mes a mes acumulo deudas.

Fue precisamente en uno de los despachos jurídicos en donde presté mis servicios como consultora que escuché de Pezhman (nombre ficticio), un abogado especializado en temas migratorios, cuyas oficinas tienen su sede en Austin, Texas. Escuché excelentes cometarios sobre su persona, además de que advertí que a dicho abogado le gustaba mucho trabajar con personas de Monterrey.

Como comenté en las anteriores líneas, he vivido en carne propia la experiencia de emigrar por motivos de trabajo. Además, dentro de mis especialidades, cuento con amplia experiencia en derecho migratorio, así como mecanismos de protección de seguridad social para trabajadores expatriados. Sin titubear, me puse en contacto con Pezhman para ver si existía alguna posibilidad de ingresar a su despacho. De concretarse, sería el trabajo soñado: ser abogada de emigrantes y vivir en la loquísima y divertidísima capital de Texas.

La respuesta de Pezhman llegó casi de manera inmediata. Estaba también interesado en conocerme y concretamos una cita en Austin. Antes de mi viaje googlié (sic) a mi entrevistador. Ví que era de orígen iraní. Asumí que había abandonado su país de origen durante la revolución. Él también era emigrante, pero por cuestiones políticas. Seguramente haríamos click. Jajajajajjajaja. A veces soy taaan naïve.

La jornada fue sumamente infortunada. Viajé a Austin en autobus. La travesía duró casi 12 horas, gracias a que en uno de los puntos de inspección dieron con un ex-convicto que no tenía documentos de identidad (yo pensaba que optar por el autobús sería más seguro que viajar sola en carretera). Al día siguiente fue mi encuentro con Pezhman. En apariencia, la entrevista fluyó de la manera más cordial y diplomática posible. Incluso me presentó con el resto de los abogados. Al salír de ahí, lloré desconsoladamente.

¿Me creerán que un abogado migratorio me estaba ofreciendo irme a trabajar allá sin salario fijo, sin prestaciones y, lo más irónico, SIN PERMISO DE TRABAJO? Sí, amig@, el señor quería que me fuera para allá con visa B1/B2 (turista visitante de negocios), para ejecer un trabajo remunerado... pero eso sí, sin un ápice de dignidad.

Me alegro haber declinado tal oferta. Es verdad, los trabajos "estables", "con proyección a largo plazo" ya no son tan comunes como solían serlo... pero un trabajo sin dignidad, en cualquier nivel, es inadmisible. Además, si se dejo México es para mejorar, no de plano empeorar.


lunes, 12 de julio de 2010

Una intensa tarde de sábado en Monterrey, tras el paso de los Huracanes


Hay huracanes producto de la Madre Naturaleza y otros originados por el hombre. También hay huracanes concebidos por la Divinidad y otros por la superstición. Y hay lugares únicos, como Monterrey, Nuevo León, que permiten a sus habitantes vivir, sufrir y gozar los 4 tipos de huracanes en una misma tarde de sábado.

La jornada comenzó con la temprana puesta de sol. Los regiomontanos, quienes hasta antes de la llegada del Huracán Alex considerábamos al sol como activo fijo de la ciudad, nos alegramos al ver un intenso cielo azul. Diez días de incesantes lluvias se sentían como un castigo injustificado. El día era demasiado bueno como para desperdiciarlo en actividades bajo techo. Tras algunos intercambios de mensajes de texto, el plan perfecto estaba definido: acompañar a Laura y a su hermana a hacer labores de voluntariado en el centro de acopio de alimentos de Cáritas.

Laura amablemente se ofreció a pasar por mí, lo cual agradezco en el alma, ya que hace dos días me quedé varada en plena lluvia. El punto de reunión fue el Centro Budista de Monterrey, mismo que no conocía, pero del que he escuchado muy buenos comentarios. Supongo que ahora no tendré excusas para no ir :) http://www.meditarenmonterrey.org/. Ahí sentí una suave y refrescante brisa divina.

Llegamos a Cáritas, nuestro destino. Las muestras espontáneas de cariño son, sin duda, las más fuertes. Había de todo: emos, fresas, monjas, cholos, alternos, pubertos, rockeros, indefinidos y por definir. Durante 15 minutos nos quedamos paradas como estatuas, en lo que maquinábamos nuestro nicho de oportunidad. Al ver los montones de cajas sin armar, no dudamos en apoderarnos de aquella línea de producción.

El calor y la humedad no tardó en manifestarse en nuestros organismos. Las toxinas que suplicaban salir por nuestros poros comenzaron su estampida. Sudábamos a mares. Como buenas regias, nuestra primera reacción fue recordar en voz alta los efectos refrescaste de una cerveza clara bien fría. Laura, incluso, le marcó a su papá para pedirle que pusiera el par de "six" a refrigerar. Aunque agradecida por el gesto, solo le remarqué a Laura que no llegaríamos a su casa. Cuando dije eso asumí que la razón sería porque buscaríamos "hidratarnos" en algún Oxxo o Seven cercano. Jamás imaginé lo que estábamos a punto de vivir.

Tras dos horas y media, decidimos abandonar el centro de acopio. Felizmente seguían llegando víveres y manos dispuestas a regalar su trabajo. Justo antes de ctuzar la puerta Laura se regresa, ya que quería "avisar" que ya nos íbamos a ir. No negaré que este detalle me causó, en su momento, mucha gracia. ¿A quién le importaba si nos íbamos o nos quedábamos? Al momento de escribir estas líneas doy gracias a los Huracanes Divinos que las cosas se hayan desarrollado así.

Salimos y tomamos la única opción viable: la Avenida Venustiano Carranza. A unos 200 metros de llegar al cruce con Ave. Constitución varias ambulancias y patrullas de policías sonaron sus sirenas, en un intento desesperado por llegar a ¿dónde? Le preguntamos al carro de al lado y nos dijo que se trataba de una balacera, pero la pregunta seguía en el aire ¿dónde?. Tras enviar un mensaje de texto a varios amigos, la respuesta llegó de Álvaro: había balacera en Venustiano Carranza y Constitución, misma dirección hacia donde nos dirigíamos.

La lluvia de preguntas sin respuesta ametrallaron nuestras mentes y estómagos. ¿A dónde ir?, ¿Nos encontraríamos con balas perdidas?, ¿Algún transeúnte estaría armado? ¿Los "comandos" recibirían refuerzos? ¿Para quién trabajan esos "comandos"? Pffffttttt... Demasiadas preguntas para un trío de mujeres que sólo querían disfrutar su soleada tarde de sábado. http://www.milenio.com/node/484547

Tras una breve negociación entre las tres decidimos dirigir nuestra travesía al Barrio Antiguo, corazón cultural de la Sultana. Durante nuestra huída pasamos frente a la Iglesia de San Judas Tadeo, en el momento preciso que las campanas anunciaban la misa de las  5 p.m. Ahí tuve la certeza que el peligro había quedado atrás.

Nos refugiamos en un restaurant bar altamente recomendable y cuyo nombre es fonéticamente similar al nombre de este blog: Feel Grow http://www.feelgrow.com/ Mi presagio se había cumplido, aunque por las razones erróneas. No llegamos a tomar las cheves a casa de Laura, sino a un encantador y relajante sitio. Estimad@s lectores, no sientan miedo de venir a Monterrey. Tenemos mucho que dar. El Feel Grow será un punto de partida a disfrutar del primer cuadro de la ciudad.

Tras dos horas de buena plática y guapas bebidas, nos dirigimos a nuestros respectivos destinos finales. La canción que cerró semejante aventura, como la que suelen poner al final de una película, corrió a cargo de The Cure y su emblemática "A  letter to Elise". Jamás la había escuchado, pero la misma ya forma parte del soundtrack de mi vida.

Justo cuando pensé que el capítulo había concluído, me topo con un gato negro a la puerta de mi casa. El gato, viejo conocido eso sí, hizo lo que nunca: se me acercó en busca de amor y caricias. ¡Qué día!
No tengo una conclusión objetiva para lo aquí narrado. Lo único que le pido a la vida es que nunca pierda la capacidad de asombro.

viernes, 9 de julio de 2010

Dixie Chicks y los ovarios de acero



La idea de ser rescatada por el príncipe azul es algo que he aprendí con las primeras películas de Disney que tuve oportunidad de ver. Con mi adolescencia esa idea fue creciendo. Con la adultez jovez la misma comenzó a pulirse. El paradigma dicta que la totalidad de las mujeres comparten el ideal del príncipe azul. No haré generalidades. Hablaré por mí. Quien estas líneas escribe admite que cobija esa ilusión (aunque en estos momentos de mi vida agradezco que tal caballero no se haya aparecido).

Hace algunos años, durante mi época curiosa que bautizaré como "LimeWire", tuve la oportunidad de escuchar al multipremiado grupo de country "Dixie Chicks". Las primeras canciones que escuché fue, hablando de seres encantadores, "Cowboy take me away" y "Traveling soldier".

El calendario siguió su curso. El LimeWire quedó atrás gracias a mi política antivitus y antipiratería. Me mudé de país. Regresé. Comencé un proceso de readaptación que fue más sencillo gracias a personas como Brenda, excelente amiga desde mi época ICQ (entiéndase "prepa").

A principios del 2008, Brenda y yo fuimos al Parque Fundidora, a ver la exposición de Fernando Botero, Abu Ghraib. Mis comentarios respecto a la obra no difieren mucho del resto de los espectadores: "Pura miseria y maldad humana plasmadas en lienzo y óleo".

Por razones obvias, no invertimos mucho tiempo en ver las obras (¿hay algo admirable en la crueldad?). Al salir, vino la pregunta obligada: ¿y ahora qué hacemos? La respuesta estaba frente a nuestras narices. Sin dudarlo, ingresamos a la Cineteca y compramos sendos boletos para "Shut up and sing", documental de las Dixie Chicks.

La introducción es sencilla, pero contundente. En la víspera de la invasión de EEUU a Irak, durante un concierto en Londres, la vocalista del trío Natalie Maines declaró ante la enardecida audiencia "Nos avergonzamos de que el presidente Bush sea de Texas".

El documental narra los meses siguientes a aquél inolvidable 10 de marzo de 2003. Las palabras de Natalie se torcieron a tal grado, que las calificaron de antinacionalistas, enemigas del Ejército, pro-terroristas, etc., al mismo tiempo que perdieron contratos de trabajo y ganaron millones de enemigos. Como no quiero arruinarles la historia, les recomiendo ampliamente que vean el documental http://www.youtube.com/watch?v=Y3CTBrGL5rA

Lo que más recuerdo del documental fue el valor civil e integridad de Natalie, quien en ningún momento se retractó, ni se auxilió de un ejército de publirelacionistas para que enderezaran los entuertos; así como la incondicionalidad de Emily Robison y Martie Maguire (hermanas) hacia Natalie. La salida más sencilla para Emily y Martie era rechazar lo dicho por Natalie... incluso podían "expulsar" a Natalie del trío y no lo hiciero así. Tomaron el camino correcto, pero el más doloroso.

Me consta y me avergüenza que entre mujeres es más fácil decir "No wey, o sea... esta vieja está loca", que ponerse del lado de aquella que tiene el valor de decir las cosas de frente.

Así, mis Dixie, aquellas damas que le piden cantando a su vaquero que las lleve lejos, las mismas que corren al despiadado de Earl, se convirteron en un verdadero ejemplo de vida.

Honor para mí sería ser nombrada la cuarta Dixie Chick.

miércoles, 7 de julio de 2010

“Licenciado, ¿Después del amparo hay algún otro recurso?”



Una de las actividades profesionales que más he disfrutado ha sido la cátedra universitaria. Ningún otro lugar como las aulas para fomentar el intercambio de conocimientos, el ejercicio mental y el estudio de la realidad social (del “ser”, en contraste con el “deber ser”). Hace tiempo escuché uno de los diálogos “de pasillo” más memorables entre un maestro y sus alumnos:

- Alumno desconocido: “Licenciado, ¿Después del juicio de amparo hay algún otro recurso?”.
- Maestro anónimo: ¡Por supuesto que no!

Pensé, por un momento, esperar a que los alumnos se despidieran de su maestro para acercarme al mismo y comentarle, de manera discreta y sin ánimos de herir su orgullo profesional, que el ius gentium, fundamento del derecho internacional, señala la clara prevalencia de la comunidad internacional sobre el arbitrio de cada Estado individual ; en consecuencia, existen dentro de la normatividad internacional mecanismos de defensa al alcance de las personas que han visto vulnerados sus derechos, sin obtener respuesta justa y legal por parte de sus respectivos gobiernos.

Sin embargo, el único orgullo profesional que se vio mermado fue el mío. Advertí a tiempo que sería incapaz de obsequiar una asesoría completa a mi colega, ya que desconocía la normatividad, plazos y características de aquellos mecanismos de defensa. Dicho en otras palabras, tenía la noción de que el derecho internacional cuenta con medios de protección para los individuos, pero no era capaz de explicar, ni en lo general, ni en lo particular, cuáles eran. Tras un hondo respiro, dirigí mi marcha hacia otro lado y nunca hablé con aquél profesor. En distinta medida, ambos estábamos bajo la misma nube gris.

Ignorancia como la de aquel maestro anónimo y la propia solo reflejan una realidad innegable de México y de la gran mayoría de sus profesionales del Derecho: la falta de acceso a medios de defensa internacional por una deficiente asesoría legal y/o por la imposibilidad de solventar los costosos honorarios de aquellos abogados o firmas que cuentan con la experiencia internacional necesaria para poder tramitar denuncias o litigios ante foros internacionales.

Incluso, la modernidad contemporánea ha develado nuevas formas de violación a los derechos humanos y agregado variables que hacen más compleja la aplicación de los principios básicos del Derecho. Por citar algún ejemplo concreto, gracias a mi labor como consultora en una agencia de reclutamiento, con sede en la ciudad de Monterrey, he advertido que en pleno siglo XXI aún existen empleadores que exigen que todos sus prospectos a empleados sean de “color blanco” o la prueba de embarazo a sus candidatas. ¿Cómo podemos imaginar una recuperación del mercado laboral cuando se viola de manera fragante los derechos más supremos?

Pufffffff.... los abogados tenemos tanto que estudiar, tanto que madurar, tanto que aprender. Tantos nichos de oportunidad que nos negamos a ver por estar pensando en los honorarios y en la evasión de la responsabilidad penal, civil y fiscal.

lunes, 5 de julio de 2010

...... Mmmmmmta!



Lo que están a punto de leer, estimadas y estimados, son fragmentos de una conversación telefónica que tuvo lugar el pasado sábado 3 de julio, con mi entrañable Laura M.

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Laura M.- "No amiga, si aquí la cosa se ha calmado en Nogales. Hace algunos años nos aventaban los cuerpos a la entrada de la Universidad. Ahora está más tranquilo. Pero veo que ahora donde está feo es en Monterrey. Se me hace que los malos se fueron para allá".

ATC.- Mmmmtaaaaaaaaaaa! (mis neuronas me exigieron ofrecer esa mezcla de letras como respuesta, en lugar de un amargo reclamo "Ah no, gracias!. Cuando quieras se los mandamos de vuelta").

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Laura M.- No amiga, me urge comprarle pantalones nuevos mi marido.

ATC.- Pues crúzate al otro lado.

Laura M. Ni digas!! Mi marido ni loco se cruza. Está muy enojado con la Ley Arizona. Ni a Nogales, ni a Phoenix quiere ir. Y la ley esa ya mero entra en vigor.

ATC.- Mmmmmmmmmtaaaaaaaa! (Esta vez sí fui honesta, no tenía alternativa).

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domingo, 4 de julio de 2010

Viviendo el colapso del deber ser y el ser



La vida es mágica y sus caminos son tan torcidos como el cuello de una Miss durante el agobiante concurso Miss Universo. Hace algunos años tuve la oportunidad de vivir en la siempre misteriosa Ginebra. Durante dos años, de manera interminente, presté mis servicios como consultora en la Oficina Internacional del Trabajo, secretaría permanente de la Organización Internacional del Trabajo, único órgano tripartita (gobierno, trabajadores, empleadores) del sistema de las Naciones Unidas. La OIT/ILO, como su propia página web lo indica, "fue creada en 1919, como parte del Tratado de Versalles que terminó con la Primera Guerra Mundial, y reflejó la convicción de que la justicia social es esencial para alcanzar una paz universal y permanente" (http://www.ilo.org/global/About_the_ILO/Origins_and_history/lang--es/index.htm).

La principal contribución de la OIT son las normas internacionales del trabajo, equiparables modernos de los dogmas de fe en el mundo laboral. Gracias a la OIT conocí y, sobretodo, creí en la importancia de los estándares mínimos en el empleo.

A finales de abril de este año, en aras de invertir las "semanas de espera" que tenía que soportar en lo que se concretaba el trabajo que actualmente tengo, decidí apoyar, en calidad de practicante, a un amigo "headhunter", el cual labora para una empresa que ofrece servicios de reclutamiento, selección y outsourcing en Monterrey y ciudad de México.

Solamente necesité seis semanas para confrontar la realidad, el "ser". Empleadores que quieren que sus candidatos tengan piel clara ("no me mandes a nadie que cuando lo vea, me provoque pedirle que me boleen los zapatos"), o que rechazan a brillantes prospectos por temor a que les hagan sombra. O, el que se llevó las "palmas", un cliente que canceló el servicio con la agencia porque tuvimos el "irremediable" error de no haberle preguntado a los candidatos su estado civil.

Qué pena que aún existan personas que prefieran la miseria humana a la luz.

viernes, 2 de julio de 2010

Alex y la la otrora fuerte Sultana


Sencillamente esta noche no podré dormir. El causante de mi agonía responde al nombre de Alex. Es uno de los tantos hijos hiperactivos de nuestra Madre Naturaleza. Alex, sin previo aviso, tomó a la hermosa Sultana y la sumergió en un mar de incertidumbre, basura, pérdidas y lodo. ¿Sabrá Alex que Sultana también es madre de millones? No hemos quedado huérfanos, ni desamparados. Tampoco le declararemos la guerra a Alex, ni al vientre que lo parió; no somos tontos. Sellaremos una Alianza y renaceremos. En mi minúscula esfera, yo también renaceré.
 

©2009 Feeling Law | by TNB